Navegadores como Google Chrome, Mozilla Firefox, Microsoft Edge o Apple Safari garantizan la comodidad de los usuarios a la hora de navegar. Sin embargo, si no se los configura debidamente, este confort va en detrimento de la seguridad y la privacidad.
“Los navegadores recogen datos. Por un lado, esto supone una mayor comodidad a la hora de navegar, pero también una menor protección de la privacidad”, afirma Arne Arnold, de la revista especializada alemana “PC Welt”.
Las empresas de publicidad, por ejemplo, hacen uso de las llamadas cookies de terceros que almacena el navegador. De este modo, intentan rastrear el comportamiento de navegación de los usuarios e identificar sus intereses. Como resultado, el usuario recibe, por ejemplo, publicidad personalizada.
“Este seguimiento, sin embargo, puede bloquearse. Algunos navegadores, como Safari, Firefox y Edge, lo hacen por defecto. Para ello, solo hay que activar los bloqueadores de rastreo en el apartado ‘Privacidad y seguridad’ del menú de ajustes”, señala Jo Bager, de la revista especializada alemana “c’t”.
Sin embargo, las cookies no siempre son malas: también suponen una cierta comodidad a la hora de navegar, ya que garantizan que no haya que volver a introducir ciertos datos una y otra vez. De hecho, son pequeños archivos de texto a través de los cuales se reconoce a un usuario cuando vuelve a visitar una página.
Por lo tanto, quien bloquee todas las cookies tendrá una experiencia de navegación un tanto incómoda. “Esto también llevaría, por ejemplo, a que un sitio de compras como Amazon ya no pudiera guardar el carro de la compra”, advierte Dennis Kochinky, de la publicación alemana “Computer Bild”. Por lo tanto, se recomienda un bloqueo escalonado de las cookies.
Arnold aconseja bloquear al menos las cookies de terceros, para así evitar que todas las páginas asociadas a los sitios web dejen su huella en el navegador. “De esta manera, también se puede evitar que redes publicitarias enteras se apropien de los datos”, enfatiza Arnold.
Otro ajuste importante para las cookies se encuentra en el navegador Chrome en la sección “Privacidad y seguridad”, cuya opción “Precargar páginas para acelerar la navegación y la búsqueda” siempre está activada por defecto. “Si este ajuste está activado, Chrome inicia automáticamente determinados sitios web y el usuario recibe sus cookies aun cuando no los visite en absoluto”, advierte Kochinky.
El trasfondo de toda esta recogida de datos son los modelos de negocio de los proveedores de navegadores. “Google se financia con la publicidad, de ahí que el navegador Chrome rastree lo más posible. Firefox, en cambio, gana dinero utilizando Google como motor de búsqueda”, explica Arnold.
Por lo tanto, el experto aconseja a los usuarios de Firefox que eliminen Google como su motor de búsqueda por defecto y que utilicen en su lugar un buscador como StartPage. “Los resultados de la búsqueda son los mismos, pero sin almacenar datos personales”, señala Arnold.
El llamado modo incógnito siempre es una buena opción de configuración si el ordenador utilizado es público o compartido por varias personas. “En este modo, no se crea un historial en el navegador y no se guardan cookies”, explica Kochinky.
Sin embargo, según Kochinky, la función, también llamada “modo privado”, no ofrece anonimato en Internet: “El modo incógnito no oculta las actividades de navegación, por ejemplo, ante un empleador o proveedor de Internet. Para ello habrá que recurrir, por ejemplo, a un servicio VPN”.
Para una navegación más confortable, muchos usuarios utilizan marcadores personales con los sitios web más importantes o que visitan con más frecuencia. Estos, sin embargo, no están vinculados al navegador. “La transferencia de marcadores funciona entre todos los navegadores habituales. Lo único que hay que hacer es exportar los marcadores del antiguo navegador en forma de archivo y luego importarlos al nuevo”, explica Arnold.
También es muy práctico utilizar en todos los dispositivos el mismo navegador personalizado. “Todos los principales fabricantes de navegadores permiten sincronizar pestañas, marcadores, contraseñas y configuraciones entre el navegador de escritorio y el móvil”, indica Bager. Sin embargo, los usuarios deben asegurarse de cifrar las contraseñas con una clave propia, ya que de lo contrario el fabricante del navegador podrá leerlas.
Quien utilice un nuevo navegador por primera vez, también querrá cambiar la página de inicio. Esto se debe a que la configuración por defecto suele mostrar una página neutral o la página de inicio del proveedor del navegador. En la configuración, el usuario puede establecer cualquier página como página de inicio.
Se recomienda tener cuidado con las extensiones (add-ons), con las que se pueden ampliar las funciones de los navegadores. “El problema es que muchas extensiones de los navegadores exigen que el usuario les conceda derechos de gran alcance para poder funcionar”, advierte Bager.
Según el experto, configuraciones como “Permitir que esta extensión lea y cambie todos mis datos en los sitios web que visito” no son infrecuentes. Sin embargo, advierte, estas extensiones también pueden rastrear al usuario e incluso ser utilizadas por piratas informáticos para acceder a datos sensibles, algo que ya ha ocurrido en el pasado.
En principio, todos los navegadores habituales ofrecen numerosas opciones para proteger la privacidad a través de la configuración. Sin embargo, hay claras diferencias en los ajustes básicos. “Los navegadores Safari, que solo está disponible para macOS e iOS, y Firefox ofrecen, por defecto, la mejor protección”, puntualiza Bager.
Google, por su parte, sorprendió recientemente con el anuncio de que pronto abandonaría por completo la recogida de cookies de terceros y, en su lugar, utilizaría un sistema de cohortes anónimas para identificar grupos de usuarios a los que se orientará la publicidad. “Google no dejará de recoger datos, y también lo seguirá haciendo a través del navegador Chrome”, asegura Bager.
Fuente: Infobae
Navegadores como Google Chrome, Mozilla Firefox, Microsoft Edge o Apple Safari garantizan la comodidad de los usuarios a la hora de navegar. Sin embargo, si no se los configura debidamente, este confort va en detrimento de la seguridad y la privacidad.
“Los navegadores recogen datos. Por un lado, esto supone una mayor comodidad a la hora de navegar, pero también una menor protección de la privacidad”, afirma Arne Arnold, de la revista especializada alemana “PC Welt”.
Las empresas de publicidad, por ejemplo, hacen uso de las llamadas cookies de terceros que almacena el navegador. De este modo, intentan rastrear el comportamiento de navegación de los usuarios e identificar sus intereses. Como resultado, el usuario recibe, por ejemplo, publicidad personalizada.
“Este seguimiento, sin embargo, puede bloquearse. Algunos navegadores, como Safari, Firefox y Edge, lo hacen por defecto. Para ello, solo hay que activar los bloqueadores de rastreo en el apartado ‘Privacidad y seguridad’ del menú de ajustes”, señala Jo Bager, de la revista especializada alemana “c’t”.
Sin embargo, las cookies no siempre son malas: también suponen una cierta comodidad a la hora de navegar, ya que garantizan que no haya que volver a introducir ciertos datos una y otra vez. De hecho, son pequeños archivos de texto a través de los cuales se reconoce a un usuario cuando vuelve a visitar una página.
Por lo tanto, quien bloquee todas las cookies tendrá una experiencia de navegación un tanto incómoda. “Esto también llevaría, por ejemplo, a que un sitio de compras como Amazon ya no pudiera guardar el carro de la compra”, advierte Dennis Kochinky, de la publicación alemana “Computer Bild”. Por lo tanto, se recomienda un bloqueo escalonado de las cookies.
Arnold aconseja bloquear al menos las cookies de terceros, para así evitar que todas las páginas asociadas a los sitios web dejen su huella en el navegador. “De esta manera, también se puede evitar que redes publicitarias enteras se apropien de los datos”, enfatiza Arnold.
Otro ajuste importante para las cookies se encuentra en el navegador Chrome en la sección “Privacidad y seguridad”, cuya opción “Precargar páginas para acelerar la navegación y la búsqueda” siempre está activada por defecto. “Si este ajuste está activado, Chrome inicia automáticamente determinados sitios web y el usuario recibe sus cookies aun cuando no los visite en absoluto”, advierte Kochinky.
El trasfondo de toda esta recogida de datos son los modelos de negocio de los proveedores de navegadores. “Google se financia con la publicidad, de ahí que el navegador Chrome rastree lo más posible. Firefox, en cambio, gana dinero utilizando Google como motor de búsqueda”, explica Arnold.
Por lo tanto, el experto aconseja a los usuarios de Firefox que eliminen Google como su motor de búsqueda por defecto y que utilicen en su lugar un buscador como StartPage. “Los resultados de la búsqueda son los mismos, pero sin almacenar datos personales”, señala Arnold.
El llamado modo incógnito siempre es una buena opción de configuración si el ordenador utilizado es público o compartido por varias personas. “En este modo, no se crea un historial en el navegador y no se guardan cookies”, explica Kochinky.
Sin embargo, según Kochinky, la función, también llamada “modo privado”, no ofrece anonimato en Internet: “El modo incógnito no oculta las actividades de navegación, por ejemplo, ante un empleador o proveedor de Internet. Para ello habrá que recurrir, por ejemplo, a un servicio VPN”.
Para una navegación más confortable, muchos usuarios utilizan marcadores personales con los sitios web más importantes o que visitan con más frecuencia. Estos, sin embargo, no están vinculados al navegador. “La transferencia de marcadores funciona entre todos los navegadores habituales. Lo único que hay que hacer es exportar los marcadores del antiguo navegador en forma de archivo y luego importarlos al nuevo”, explica Arnold.
También es muy práctico utilizar en todos los dispositivos el mismo navegador personalizado. “Todos los principales fabricantes de navegadores permiten sincronizar pestañas, marcadores, contraseñas y configuraciones entre el navegador de escritorio y el móvil”, indica Bager. Sin embargo, los usuarios deben asegurarse de cifrar las contraseñas con una clave propia, ya que de lo contrario el fabricante del navegador podrá leerlas.
Quien utilice un nuevo navegador por primera vez, también querrá cambiar la página de inicio. Esto se debe a que la configuración por defecto suele mostrar una página neutral o la página de inicio del proveedor del navegador. En la configuración, el usuario puede establecer cualquier página como página de inicio.
Se recomienda tener cuidado con las extensiones (add-ons), con las que se pueden ampliar las funciones de los navegadores. “El problema es que muchas extensiones de los navegadores exigen que el usuario les conceda derechos de gran alcance para poder funcionar”, advierte Bager.
Según el experto, configuraciones como “Permitir que esta extensión lea y cambie todos mis datos en los sitios web que visito” no son infrecuentes. Sin embargo, advierte, estas extensiones también pueden rastrear al usuario e incluso ser utilizadas por piratas informáticos para acceder a datos sensibles, algo que ya ha ocurrido en el pasado.
En principio, todos los navegadores habituales ofrecen numerosas opciones para proteger la privacidad a través de la configuración. Sin embargo, hay claras diferencias en los ajustes básicos. “Los navegadores Safari, que solo está disponible para macOS e iOS, y Firefox ofrecen, por defecto, la mejor protección”, puntualiza Bager.
Google, por su parte, sorprendió recientemente con el anuncio de que pronto abandonaría por completo la recogida de cookies de terceros y, en su lugar, utilizaría un sistema de cohortes anónimas para identificar grupos de usuarios a los que se orientará la publicidad. “Google no dejará de recoger datos, y también lo seguirá haciendo a través del navegador Chrome”, asegura Bager.
Fuente: Infobae
Navegadores como Google Chrome, Mozilla Firefox, Microsoft Edge o Apple Safari garantizan la comodidad de los usuarios a la hora de navegar. Sin embargo, si no se los configura debidamente, este confort va en detrimento de la seguridad y la privacidad.
“Los navegadores recogen datos. Por un lado, esto supone una mayor comodidad a la hora de navegar, pero también una menor protección de la privacidad”, afirma Arne Arnold, de la revista especializada alemana “PC Welt”.
Las empresas de publicidad, por ejemplo, hacen uso de las llamadas cookies de terceros que almacena el navegador. De este modo, intentan rastrear el comportamiento de navegación de los usuarios e identificar sus intereses. Como resultado, el usuario recibe, por ejemplo, publicidad personalizada.
“Este seguimiento, sin embargo, puede bloquearse. Algunos navegadores, como Safari, Firefox y Edge, lo hacen por defecto. Para ello, solo hay que activar los bloqueadores de rastreo en el apartado ‘Privacidad y seguridad’ del menú de ajustes”, señala Jo Bager, de la revista especializada alemana “c’t”.
Sin embargo, las cookies no siempre son malas: también suponen una cierta comodidad a la hora de navegar, ya que garantizan que no haya que volver a introducir ciertos datos una y otra vez. De hecho, son pequeños archivos de texto a través de los cuales se reconoce a un usuario cuando vuelve a visitar una página.
Por lo tanto, quien bloquee todas las cookies tendrá una experiencia de navegación un tanto incómoda. “Esto también llevaría, por ejemplo, a que un sitio de compras como Amazon ya no pudiera guardar el carro de la compra”, advierte Dennis Kochinky, de la publicación alemana “Computer Bild”. Por lo tanto, se recomienda un bloqueo escalonado de las cookies.
Arnold aconseja bloquear al menos las cookies de terceros, para así evitar que todas las páginas asociadas a los sitios web dejen su huella en el navegador. “De esta manera, también se puede evitar que redes publicitarias enteras se apropien de los datos”, enfatiza Arnold.
Otro ajuste importante para las cookies se encuentra en el navegador Chrome en la sección “Privacidad y seguridad”, cuya opción “Precargar páginas para acelerar la navegación y la búsqueda” siempre está activada por defecto. “Si este ajuste está activado, Chrome inicia automáticamente determinados sitios web y el usuario recibe sus cookies aun cuando no los visite en absoluto”, advierte Kochinky.
El trasfondo de toda esta recogida de datos son los modelos de negocio de los proveedores de navegadores. “Google se financia con la publicidad, de ahí que el navegador Chrome rastree lo más posible. Firefox, en cambio, gana dinero utilizando Google como motor de búsqueda”, explica Arnold.
Por lo tanto, el experto aconseja a los usuarios de Firefox que eliminen Google como su motor de búsqueda por defecto y que utilicen en su lugar un buscador como StartPage. “Los resultados de la búsqueda son los mismos, pero sin almacenar datos personales”, señala Arnold.
El llamado modo incógnito siempre es una buena opción de configuración si el ordenador utilizado es público o compartido por varias personas. “En este modo, no se crea un historial en el navegador y no se guardan cookies”, explica Kochinky.
Sin embargo, según Kochinky, la función, también llamada “modo privado”, no ofrece anonimato en Internet: “El modo incógnito no oculta las actividades de navegación, por ejemplo, ante un empleador o proveedor de Internet. Para ello habrá que recurrir, por ejemplo, a un servicio VPN”.
Para una navegación más confortable, muchos usuarios utilizan marcadores personales con los sitios web más importantes o que visitan con más frecuencia. Estos, sin embargo, no están vinculados al navegador. “La transferencia de marcadores funciona entre todos los navegadores habituales. Lo único que hay que hacer es exportar los marcadores del antiguo navegador en forma de archivo y luego importarlos al nuevo”, explica Arnold.
También es muy práctico utilizar en todos los dispositivos el mismo navegador personalizado. “Todos los principales fabricantes de navegadores permiten sincronizar pestañas, marcadores, contraseñas y configuraciones entre el navegador de escritorio y el móvil”, indica Bager. Sin embargo, los usuarios deben asegurarse de cifrar las contraseñas con una clave propia, ya que de lo contrario el fabricante del navegador podrá leerlas.
Quien utilice un nuevo navegador por primera vez, también querrá cambiar la página de inicio. Esto se debe a que la configuración por defecto suele mostrar una página neutral o la página de inicio del proveedor del navegador. En la configuración, el usuario puede establecer cualquier página como página de inicio.
Se recomienda tener cuidado con las extensiones (add-ons), con las que se pueden ampliar las funciones de los navegadores. “El problema es que muchas extensiones de los navegadores exigen que el usuario les conceda derechos de gran alcance para poder funcionar”, advierte Bager.
Según el experto, configuraciones como “Permitir que esta extensión lea y cambie todos mis datos en los sitios web que visito” no son infrecuentes. Sin embargo, advierte, estas extensiones también pueden rastrear al usuario e incluso ser utilizadas por piratas informáticos para acceder a datos sensibles, algo que ya ha ocurrido en el pasado.
En principio, todos los navegadores habituales ofrecen numerosas opciones para proteger la privacidad a través de la configuración. Sin embargo, hay claras diferencias en los ajustes básicos. “Los navegadores Safari, que solo está disponible para macOS e iOS, y Firefox ofrecen, por defecto, la mejor protección”, puntualiza Bager.
Google, por su parte, sorprendió recientemente con el anuncio de que pronto abandonaría por completo la recogida de cookies de terceros y, en su lugar, utilizaría un sistema de cohortes anónimas para identificar grupos de usuarios a los que se orientará la publicidad. “Google no dejará de recoger datos, y también lo seguirá haciendo a través del navegador Chrome”, asegura Bager.
Fuente: Infobae
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