Aun cuando no existen datos exactos sobre la fundación prehispánica de Toluca, la historia señala que en el siglo VII fue poblada por los matlatzincas y su nombre original fue Nepintahihui, «Tierra de maíz». El Cerro del Toloche, al norte de la ciudad, da origen a su nombre, que proviene de Tolocan y significa «En donde está el Dios Tolo, el inclinado de cabeza». Este fue el nombre que le asignaron los aztecas cuando conquistaron el territorio en 1473.
En 1521, bajo la conquista española, la ciudad se reconoció como Toluca de San José. Hay indicios de que en ella se inicia la evangelización en 1524, con la rápida construcción de la capilla abierta de la Santa Cruz de los Otomíes. Además algunos cronistas mencionan que fue fundada por los misioneros el 19 de marzo de 1522, dedicándose al culto de San José e imponiéndoles su nombre.
Toluca se convirtió en ciudad hasta el 12 de septiembre de 1799, cuando Carlos IV firma la cédula real que le da tal categoría; en consecuencia deja de ser parte del famoso marquesado. Aunque había un viejo camino que comunicaba a Toluca con la fastuosa Ciudad de los Palacios, es hasta 1793 cuando se inicia la construcción de la carretera que une Toluca con la capital del país.
Durante el periodo de Independencia, Hidalgo pudo reclutar sólo grupos indígenas y toma a la ciudad como lugar de paso en su camino a la Ciudad de México. En 1811 se da uno de los episodios más trágicos, el ejército insurgente comandado por José María Oviedo y Cristóbal Cruz, Juan Canseco y el padre Orcillés, asedió Toluca amenazándola seriamente y poniendo en aprietos a Rosendo Porlier, quien al verse humillado por el asedio y al tener que recurrir en su auxilio el capitán De la Cueva, decide fusilar sin formación de causa a un centenar de indígenas, en el lugar que hoy se conoce como “Plaza de los Mártires”. En 1820 Toluca volvió a tener ayuntamiento legalmente integrado por una Constitución Política democrática. En 1830 se convierte en quinta capital del Estado de México, al tiempo que acogió al Instituto Científico y Literario, fundado en Tlalpan por Don Lorenzo de Zavala en 1828 y que actualmente es sede de la Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex).
En 1861 por decreto de la Legislatura local tomó el nombre de Toluca de Lerdo, en memoria de Miguel Lerdo de Tejada. Durante la Guerra de Reforma la ciudad tuvo periodos en los que imperaba el sector conservador y otros en que avanzaba el juarismo. En Toluca la desamortización de bienes clericales se dio a partir del 29 de agosto de 1861 y se prolongó hasta 1875. Durante la intervención francesa, Toluca fue ocupada por Bertier y Maximiliano viajó ahí y algunos de sus pueblos cercanos, contando con un entusiasta recibimiento. Después de 1869 vive otra época de mejoramiento urbano, Mariano Riva Palacio se empeña en transformar la capital mexiquense y contrata al arquitecto Arangoity, quien impone un estilo clasificado por el arquitecto Mendiola Quezada como, “Neoclásico porfiriano”. Se inició también la construcción de los portales y se pensaba en una catedral. Así en 1888 se estrenó el primer sistema de alumbrado eléctrico.
La participación de la sociedad toluqueña en la Revolución fue muy activa. Los zapatistas merodeaban por los cerros, Madero como presidente visita la ciudad y es recibido por el grupo de inconformes con el gobierno de Díaz. Durante este periodo revolucionario la ciudad no fue escenario de grandes batallas o acontecimientos cumbre, sólo algunos aislados. En 1913 cayó en poder del ejército federal comandado por Huerta. El 27 de agosto de 1914 Francisco Murguía toma la plaza de Toluca y con ello termina el periodo de gobierno huertista. El 21 de noviembre del mismo año el municipio pasó a manos de los zapatistas quienes nombraron gobernador al famoso estudiante Gustavo Baz. También fue el último refugio de la Convención Revolucionaria que aquí se disolvió en 1915.
Toluca empieza a modernizarse cuando gobernó Filiberto Gómez en 1929. El desarrollo urbano del municipio tuvo notables avances durante las gestiones de los gobernadores Salvador Sánchez Colín y Gustavo Baz Prada. En el sexenio de Juan Fernández Albarrán se transformó la fisonomía del centro con la construcción del actual Palacio de Gobierno, la remodelación del antiguo para convertirlo en Palacio de Justicia, el remozamiento del palacio municipal, la construcción del Teatro Morelos y una gran cantidad de planteles escolares en diversos rumbos de la ciudad.
Históricamente se puede asegurar que en los últimos años Toluca ha sufrido una de sus transformaciones más radicales, pues se han llevado a cabo obras que la actualizan ofreciendo mayores servicios públicos, agilizando su circulación vial, y modernizando toda su infraestructura para apoyar el crecimiento comercial e industrial de la ciudad. Así llegamos a la conclusión de que a Toluca se le conoce como Toluca la Bella debido a que tuvo una época de embellecimiento urbano, en donde el empresario José María González Arratia fue clave al destinar grandes cantidades de recursos para la construcción de diversos edificios que hoy en día son emblemáticos de la ciudad e incluso una de las plazas ubicadas en el corazón de la capital mexiquense lleva su nombre.
Más historias
Activan sitio de citas para trámite de licencia permanente en CDMX y Edomex
Genaro García Luna manda carta desde la cárcel; dice que hay audios de AMLO con narcos
Senado discutirá reforma judicial el próximo domingo