Un grupo de científicos pide reconocer que la COVID-19 se puede transmitir por el aire, sin tener contacto directo con una persona infectada. Esto no significa que todo el aire esté contaminado.
La COVID-19 está en el aire? Es una de las preguntas más repetidas en las últimas horas. Esto luego de que un grupo de 292 científicos pidieron a organismos internacionales reconocer que el coronavirus puede flotar en el aire, y eso representa una posible vía de contagio.
La petición fue publicada en la revista Clinical Infectious Diseases. Los científicos dicen, que ya se cuenta con suficiente evidencia científica para demostrar que el virus SARS-CoV-2 —causante de la COVID-19— se encuentra en microgotas lo suficientemente pequeñas como para permanecer en el aire e infectar a otras personas.
Esto NO significa que todo el aire esté infectado, o que se deba evitar la ventilación en interiores. Al contrario, esto quiere decir que la ventilación de los espacios es importante, pues las microgotas con virus pueden esparcirse aún sin estar en contacto directo con la persona. Basta con estar en la misma habitación.
¿Cómo se transmite el COVID-19?
Hasta ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la enfermedad COVID-19 se transmite de persona a persona.“Una persona puede contraer la COVID‑19 por contacto con otra que esté infectada por el virus”, dice la OMS.
El organismo internacional también menciona que la enfermedad se propaga a través de las gotículas que expulsa alguien infectado con el virus al toser, estornudar o hablar. Esas gotas con carga viral, que según la OMS “son relativamente pesadas y no llegan muy lejos”. Pueden ser inhaladas por otra persona que se encuentre cerca.
Por eso las autoridades sanitarias recomiendan mantenerse al menos a un metro de distancia de los demás. Así como lavarse las manos con frecuencia y no tocarse la cara, esto porque esas gotas pueden caer sobre los objetos. Estos objetos salpicados con carga viral son también llamados fómites. Cualquier persona puede recoger los virus de los fómites en sus manos y llevarlos a su cuerpo a través de su boca, ojos y nariz.
Esta tarde, en conferencia de prensa desde Ginebra, la OMS reconoció que sí existe mucha evidencia que muestra que la transmisión por vía aérea es una posibilidad. “Creemos que debemos estar abiertos a estas pruebas y comprender sus implicaciones con respecto a los modos de transmisión y las precauciones que deben tomarse”, admitió Benedetta Allegranzi, responsable de prevención y control de infecciones de la OMS, según recuperó El país.
¿Realmente hay evidencia de la transmisión aérea?
La idea de que el virus SARS-CoV-2 puede viajar en microgotas que flotan en el aire, para después infectar a otras personas no es nueva. De hecho, ha sido parte de la discusión desde que comenzó a investigarse más sobre este virus del que nadie sabía antes de diciembre de 2019.
De hecho, es sabido que otros virus se transmiten por el aire. Por ejemplo, de acuerdo con los Centros del Control de Enfermedades de Estados Unidos, el sarampión se puede transmitir si “otras personas respiran el aire contaminado o tocan la superficie infectada y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca”.
El texto publicado en la Revista Clinical Infectious Diseases pone como referencia 17 artículos. Pero enfatiza uno sobre un restaurante chino en el que cinco comensales de las mesas cercanas terminaron infectados por el paciente cero. Este estudio fue publicado el 22 de abril en el sitio de preimpresión MedRxiv.
En esta investigación los científicos liderados por Yuguo Li recopilaron datos epidemiológicos, y un video del restaurante. También midieron la dispersión de un gas indicador como un sustituto de las gotas exhaladas del paciente sospechoso índice. Con esos datos realizaron simulaciones por computadora sobre la propagación de pequeñas gotas exhaladas y compararon la ubicación en la habitación de casos infectados posteriormente.
Concluyeron que “la transmisión en aerosol de SARS-CoV-2 debido a una ventilación deficiente puede explicar la propagación comunitaria de COVID-19”.
Otro ejemplo más reciente es un artículo científico del doctor y premio nobel Mario Molina y su equipo. Señala que sus resultados indican que “la ruta de transmisión aérea es altamente infecciosa y es la dominante para la propagación del COVID-19”. Por ello, menciona que el uso de cubrebocas es una buena medida de prevención.
La clave está en el tamaño de las gotas
La preocupación de los científicos que firmaron la petición es que “a las velocidades típicas del aire interior, una gota de 5 micras viajará decenas de metros, mucho más que la escala de una habitación típica, mientras se asienta desde una altura de 1.5 m hasta el piso”.
Los firmantes, señalan que se ha detectado ARN viral asociado en gotas de menos de 5 micras en el aire, y se ha demostrado que el virus mantiene la infectividad a ese nivel. Una micra equivale a milésima parte de un milímetro.
Un artículo publicado en la revista Science el 26 de junio, dice que los humanos producen gotitas respiratorias que oscilan entre 0.1 y 1000 micras. Factores como el tamaño de las gotas, la fuerza con la que fueron expulsadas, la gravedad y la evaporación son lo que determina qué tan lejos viajarán en el aire las gotas y los aerosoles emitidos.
Este texto escrito por Kimberly A. Prather, Chia C. Wang y Robert T. Schooley señala que las gotas más grandes caen más rápido de lo que se evaporan,lo que promueve la contaminación de superficies o fómites. Pero no todo se trata de gotas, también hay aerosoles más pequeños que pueden flotar durante un tiempo. Estas microgotas y aerosoles pueden ser transportados por las corrientes de aire a distancias más largas.
Entonces, estos aerosoles pueden “acumularse, permanecer infecciosos en el aire interior durante horas e inhalarse fácilmente en los pulmones”. Entonces, según este estudio hay dos vías de contagio: contacto directo o indirecto entre personas y con superficies contaminadas, e inhalación en el aire.
El tamaño de las gotas no sólo es importante para determinar la vía de contagio. El mismo estudio de Science dice que “se ha demostrado que el tamaño de las gotas respiratorias afecta la gravedad de la enfermedad”. En el caso del SARS-CoV-2, precisan que “ es posible que los aerosoles que contienen virus submicrónicos se transfieran profundamente a la región alveolar de los pulmones, donde las respuestas inmunes parecen ser temporalmente desviadas”.
¿Qué sugieren los expertos?
Los científicos liderados por Lidia Morawska que firmaron la petición solicitan a las autoridades “reconocer el potencial de propagación en el aire de COVID-19”. Señalan que existe un potencial significativo de inhalación y exposición a virus en gotitas respiratorias microscópicas a distancias cortas, pero también a varios metros de distancia, lo que podría abarcar toda una habitación.
El objetivo de este grupo de científicos es promover la implementación de medidas preventivas para “mitigar esta ruta de transmisión aérea”. Según este grupo de expertos, “la evidencia es ciertamente incompleta para todos los pasos en la transmisión de microgotas COVID-19, pero es igualmente incompleta para los modos de transmisión de gotas grandes y fómites”.
Dicen que las medidas que deben tomarse para mitigar el riesgo de transmisión en el aire incluyen: proporcionar ventilación suficiente y efectiva; complementar la ventilación general con controles de infección en el aire, como el escape local, filtración de aire de alta eficiencia y luces ultravioletas germicidas; así como evitar el hacinamiento, particularmente en el transporte público y los edificios públicos.
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