
Celebrar un año más de ser payasos y payasitas, con la posibilidad de hacer reír a la gente es “una bendición” luego de la pandemia en la que casi se extinguió el oficio, pues fueron cancelados todos los eventos sociales y les cerraron los espacios públicos, dijeron los asistentes este miércoles a la celebración de su Día del Payaso.
Vestidos con coloridos trajes, los enormes zapatos que los caracterizan y maquillados, asistieron a misa a las 09:00 de la mañana, donde el padre les hizo algunos chistes como parte del sermón y les recordó que son el motivo de sonrisa para las familias que enfrentan tiempos difíciles, inseguros y de violencia. “Son un ejemplo con la palabra”, dijo y muchos reconocieron que deben retomar la comedia blanca, que los acerca a las familias y no genera incomodidad por el tipo de chistes.
Con violines, guitarras, trompetas y listones de colores, saludaron a los niños y les regalaron dulces, algunos hasta hicieron bromas y recordaron la importancia de reír, sin lírico alguno.
«Buscamos mantener el oficio»
Los Chiky payasos, son una familia compuesta por Marco un niño payaso y Emme, una adolescente que forman parte de una nueva forma de desempeñar el oficio y mostrar que no están peleados con las nuevas tecnologías, que les permiten acercarse a las nuevas generaciones a través de Tiktok o Facebook.
“Nosotros lo que buscamos es mantener este oficio, que se convirtió en profesión hace muy poco y que quiere reunir familias, hacerles pasar un lindo momento. Hemos sido reconocidos como un ejemplo de familia, en la que prevalece el trabajo y la unión, eso nos ha mantenido vigentes y pese a la pandemia hemos sobrevivido de nuestra profesión dignamente”, dijo Marco.
Para algunas de la payasitas, como Pelusita, las mujeres se enfrentan a otro tipo de retos, pues dentro del sector hay una tendencia que favorece a los hombres, quienes en 70% se han apropiado de los personajes y es apenas en años recientes que comenzaron a integrarse payasas mujeres, que tienen un espectáculo distinto, más amable y cariñoso con los niños, quienes además atraen más la mirada de las familias que buscan retomar la participación de un payasito durante la fiesta infantil, pero que no agrega verbalmente a los asistente.
Los payasos recorrieron las calles del primer cuadro de Toluca, cantaron, bailaron, gritaron, entregaron globos y fueron cobijados por los transeúntes que circulaban por el centro, pues incluso hicieron pequeñas presentaciones de sus espectáculos.
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