Los tiempos actuales requieren de una mayor velocidad para todo, y a veces, eso incluye el comer. ¿Cuántas veces te detienes a disfrutar realmente tus alimentos?
Seguramente en más de una ocasión la hayas empujado más por fuerza que por ganas, y es que el sonar del reloj ya indicaba que la hora para realizar tus actividades (cualesquiera que estas sean) estaba acercándose.
Esto sin embargo es dañino para tu cuerpo y te puede producir una serie de trastornos alimenticios que a en un periodo corto y largo de tiempo desearías haberte evitado. Es por eso que a continuación te presentamos cinco de las consecuencias de comer rápido:
- Indigestión: El ardor estomacal y la acidez son los principales síntomas de que hemos comido demasiado rápido, y pueden ser tan molestos y agudos, que hay quienes lo confunden con un ataque cardíaco. Normalmente se apacigua una vez que el estomago ha terminado de digerir los grandes trozos de comida que consumiste.
- Adormecimiento: Ya hemos conocido que la indigestión es producto de no masticar los alimentos por ir a prisa, pero incluso si los masticamos bien pero comemos a una velocidad muy alta, hay consecuencias. La digestión se tornara más pesada y lenta lo que propiciara una sensación de cansancio que nos ralentizara en nuestro rendimiento, pues el cuerpo debe afrontar la gran carga que supone el atracón.
- Aumento de peso: El cuerpo humano trabaja en conjunto, y esto incluye el cerebro y el estomago. Mientras uno envía la señal que indica que estas satisfecho, el otro la procesa para dejar de generar la sensación de hambre, pues ha cumplido su necesidad. Pero esta transferencia de información no es instantánea: demora alrededor de veinte a treinta minutos, por lo cual si comes muy rápido, habrás introducido a tu organismo más calorías de las que necesitabas antes de que tu estomago envié la señal al cerebro lo que conlleva a que con facilidad pases de un sobrepeso a una obesidad que puede ser peligrosa.
- Síndrome Metabólico: Esta es una de las consecuencias de mayor magnitud, se presenta de manera distinta en todos los pacientes, pero puede llegara desembocar en enfermedades cardíacas y ataques al corazón, además de diabetes tipo 2.
- Disociación: Cuando se come a velocidades muy altas, se pierde la noción del cuerpo, lo que provoca que uno deje de estar consciente de si aun tiene hambre o ha quedado satisfecho. Conforme el tiempo avanza, se pierde sensibilidad a estas señales, por lo que comienzas a guiarte por impulsos emocionales y deseos que no toman en cuenta tus necesidades nutricionales, solo lo que la comida provoca en ti.
Por esto recomendamos ampliamente a todos nuestros lectores que tengan presente su alimentación y en especifico en estas fechas, tengan cuidado cuando coman sus doce uvas de año nuevo, tómense su tiempo y calculen cuanto tiempo se demoran en cada una para no atragantarse. Recuerden siempre su salud es lo más importante.
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